Aplicación e integración del arte como terapia en los cuidados enfermeros

Jacinto Gómez Higuera

Resumen


La vinculación entre enfermedad y creación artística, ha estado relacionada con el concepto de salud en, prácticamente, todas las épocas de la historia. En la mayoría de los artistas que hemos comenzado a analizar, podemos encontrar evidencias suficientes de la recíproca causalidad entre enfermedad y arte, así como señales de una mutua retroalimentación entre ambos, bien sea a través de la curación, en el caso de la enfermedad, o a través de la producción de una obra final, a pesar de la situación de enfermedad, o incluso como consecuencia de la misma, en el caso del arte. Así por ejemplo, podemos citar a artistas enfermos que crean como una vía de “escape” o canalización de su enfermedad, con un factor determinante de la cuantía de la producción artística, como puede ser el caso de Van Gogh. Otros artistas crean como terapia y/o superación de su enfermedad como puede ser el caso de Renoir, Klee, Matisse, Frida Kahlo, Vivaldi, Rachmaninov, Graham Green, Dalí, etc. La actividad creadora puede ayudar a las personas a resolver los inevitables conflictos y tensiones de la vida, permite expresar y liberar la mayor parte de sus problemas, produciendo relajación, distracción, siendo una forma de canalización de los problemas físicos y/o psicológicos, y permitiendo un ejercicio/mantenimiento de las actividades mentales.

Los modos de participación no son exclusivamente de forma activa, sino que el paciente también puede realizar una participación pasiva como receptor, realizando un acto de recreación de la obra artística, lo que también se traduce en un efecto benéfico y terapéutico. Las terapias artísticas abarcan una amplia gama de realidades, de patologías y de personas, que se pueden ver beneficiadas por sus efectos. Los mencionados beneficios que puede aportar el arte, en las distintas personas y en las diversas alteraciones/patologías, pueden ir dirigidos a pacientes en unidades de pediatría, geriatría, salud mental, oncología, U.C.I., neurología (enfermos de Alzheimer, Parkinson,…), SIDA, autismo, trastornos del comportamiento alimentario, enfermos terminales, disminuir o aliviar el dolor crónico o agudo, personas con diferentes deficiencias sensoriales psíquicas/físicas y motoras (S. Down, sordos/mudos, ciegos, etc…), en adolescentes, niños con necesidades educativas especiales o incluso en personas con una problemática social desfavorecida (cuestiones de género, marginales, adicciones o en presidio). Las diferentes ramas del arte que pueden aportar propiedades terapéuticas son múltiples, como la pintura, música, escultura, escritura, fotografía, cine, vídeo, danza, drama-teatro, manualidades (cerámica, modelado, collage). Desde nuestro punto de vista, uno de los retos actuales de la sanidad y por lo tanto para los profesionales de enfermería como agentes de salud, responsables de los cuidados y protagonistas directos de la atención al paciente, es el de contemplar los aspectos emocionales en el proceso que rodea al binomio salud-enfermedad en todas sus fases y facetas, y utilizar todos los medios a nuestro alcance para conseguir los mayores beneficios para el paciente. Por todo ello, si el arte se muestra como una herramienta útil para curar, sanar, aliviar o paliar el desequilibrio físico y emocional que la enfermedad conlleva en los pacientes, no podemos descartarlo como parte integrada en los cuidados enfermeros.


Palabras clave


Arte-terapia; Enfermedad; Creación artística; El arte como apoyo a los cuidados enfermeros;

Texto completo:

PDF